Nasgod, reino de la fuerza y la esperanza, símbolo del progreso y pilar fundamental del resto de la humanidad.  Desde tiempos inmemoriales este lugar ha sido un faro para todos los seguidores de la luz, creando a los más valientes guerreros y más poderosos hechiceros. Sin embargo, la llegada de la llamada "Noche Eterna" era inevitable, tal y como dictaban las profecías. 

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Aunque pudo retrasarse la venida de la oscuridad por varios año, las profecías dictaban que cuando muriese el último Rey de la Luz, la oscuridad lo devoraría todo. No importaba si el monarca cambiaba, siempre y cuando el que ocupara el trono fuese fiel de la luz siempre.

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El ejército de DeathLord llegó a Nasgod, aliándose con toda aquella región fiel a la Oscuridad que estuviese dispuesta a luchar. La capital de Nasgod, por otro lado, junto con otras regiones formaron un fuerte equipo con un profunda defensa de conceptos tan abstractos como la nobleza, el honor o la justicia; creando así la mayor guerra de la historia del reino. Pero no hubo ejército que frenara la matanza y sangría que el escuadrón creaba a su paso y el último rey de la luz murió.

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El reino de Nagod pasó a ser propiedad de DeathLord, el cual permitió la llegada de la "La Noche Eterna" que sumió todo en tinieblas. Nasgod fue renombrado y pasó a llamarse "Los Reinos Oscuros", donde no existe el sol y la luz es tan escasa como todos aquellos conceptos que defendían el bando que perdió.

Muchas guerras se libraron para intentar recuperar la luz, pero por muchos que lo intentaran todos acababan muertos.

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DeathLord mandó exterminar a los Celestiales, a los Elfos, a los Gigantes y a los Dragones, además de otras razas. Los Gigantes fueron extintos, los poderosos Dragones desaparecieron y Celestiales y Elfos fueron reducidos en número, obligándolos a mantenerse escondidos.

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Ahora, cien años después de aquellos acontecimientos, la oscuridad reina por doquier, el sol es solo una leyenda y la luz se esconde en lugares donde lo oscuro no puede llegar.